¿Qué no puedo vivir sin ti? ¡Claro! ¡y mira cómo lo hago! Salto, corro, bailo, río, lloro, respiro el aire de la brisa. Pienso que el futuro será mejor, que el presente es increíble, que el mundo es omnipotente. Ahora veo que la vida está para vivirla, y es mucho mejor sin ti. Puedo apreciar que abrir los ojos cada mañana es un regalo, que el aire, el sol, la tierra son para contemplarlos. Me di cuenta que la familia, los amigos y las personas que están a tu alrededor hay que cuidarlos, porque son los que lo valen. Y, por último, me juré a mi misma vivir cada momento y que hay que sonreír. Aprendí a ser feliz.